¡Pero cuánto tiempo sin ofrecer una dosis de esta droja que tan mal sabe en la boca! En serio, ¿a qué sabe la ortografía? ¿A lengua?
Dicho el chiste, daré comienzo. Como recordatorio previo, diré que los extranjerismos —esto es, las palabras que se toman de otros idiomas sin que se haya adaptado la grafía de acuerdo a los rasgos del español— deben marcarse textualmente de alguna forma para, precisamente, resaltar su componente ortográfico ajeno a nuestro idioma; la principal solución es la cursiva, o las comillas si se trata sobre todo de un texto escrito.
De acuerdo. Veamos ahora qué ocurrió tras los cambios en la lengua española con la publicación de la Nueva gramática de la lengua española y la Ortografía de la lengua española en 2009 y 2010. A partir de esas fechas, y para poner el ejemplo más notorio, «currículum» debe llevar tilde, pero «curriculum vitae», en cambio, no. Ahora viene el momento en el que me tiráis sillas a la cabeza y me decís: «¡En el DPD viene «currículum vítae», con tildes y todo! ¡Se te va la olla!». Vale, calma. El Diccionario panhispánico de dudas está desactualizado por el sencillo hecho de que se publicó en 2005, años antes de los cambios en la lengua. Seguir leyendo