Una norma básica de la ortografía española es que los monosílabos no se tildan nunca. Puesto que el acento no puede recaer en otras sílabas al no haber más, esos vocablos no necesitan la tilde. No obstante, hay casos en los que sí se acentúan: los casos de tilde diacrítica.
La tilde diacrítica tiene razón de ser porque es la que indica las diferentes funciones gramaticales que puede tener un mismo vocablo y, de paso, los distintos significados. Por este mismo motivo, palabras como «sol» —la estrella brillante, la moneda antigua peruana o la nota musical— no necesitan la tilde diacrítica: concretamente, funciona como sustantivo para todos los significados.
Existen dos grupos de palabras que pueden llevar tilde diacrítica. El primero, un conjunto de nueve monosílabos: «mi», «tu», «el», «te», «se», «de», «si», «mas» y «aun»; el segundo, los interrogativos y exclamativos.
Antes de seguir adelante, quiero que comprobéis personalmente que la palabra «ti» no se encuentra en la lista de monosílabos del primer grupo. En efecto, «ti» solamente tiene una función, la de pronombre personal, por lo que no necesita distinción y, lo más importante, no necesita tilde jamás. Insisto, ¡jamás! Es una falta de ortografía tildar esta palabra.
Bien. Para no extender demasiado la entrada —puede que en el futuro dedique más a ampliar el tema—, me centraré en «aun», ya que es el pie —entre bastantes otros, por desgracia— del que cojean varios medios de comunicación y editoriales de manga en España.
La regla es muy sencilla. Tan sencilla que el hecho de no seguirla hacer mayor la desgracia. El vocablo «aun» lleva tilde cuando se puede sustituir por «todavía». Y ya está. En ningún otro caso. Pondré algunos ejemplos:
¿Aún no está la cena? (Sustituyamos: ¿Todavía no está la cena? Se mantiene el sentido, por tanto lleva tilde).
No teníamos la solución. Aun así, lo intentamos. (Sustituyamos: No teníamos la solución. Todavía así, lo intentamos. No tiene sentido, por tanto no lleva tilde).
