Suele decirse que el mundo de la traducción aficionada —el de los fansubs, por ejemplo— se caracteriza por la calidad deficiente, en vez de tratarse de un punto intermedio entre la versión original y una versión que finalmente se comercializa en la lengua meta. Razón no falta.
Gotaza no pretende ser el ombligo del mundo —bueno, qué demonios, esto es España y viene en los genes—, pero el aburrimiento sí es tal como para que desde aquí se ofrezcan las imágenes más terroríficas y espeluznantes del mundo de la traducción aficionada que harían llorar hasta al lingüista más crítico.
Sean todos bienvenidos al museo del terror. Pasen, vean y protéjanse los ojos.