Hace unos trescientos sesenta y cinco días escribimos aquí, en nuestra humilde morada que es Gotaza, la primera entrada, en la que dábamos la bienvenida y… qué rayos, poco más. Lo bueno empezó a venir después, semana tras semana, manga tras manga, kie tras kie de Kitano Seiichirou, onomatopeya tras onomatopeya de esas que tanto reparte Shinjiro, intervención tras intervención del tío pueblerino cerrao de Kowata Makoto, enseñanza filosófica tras enseñanza filosófica del inconmensurable Kuroda Seikichi, pelillo del bigote tras pelillo del bigote de Heizo Koiso, ilusiones amorosas tras ilusiones amorosas del chico tomate Katsuragi Shouta, pensamientos lascivos tras pensamientos lascivos de la representante Kyouko… En definitiva, un montón de personajes que han estado con nosotros haciéndonos reír, llorar y rechinar los dientes.
¡¿Qué habría sido de Gotaza sin sus queridos visitantes y lectores?! ¡Absolutamente nada! Bueno, ¿y sin los mangas? Porque… ¿qué ibais a leer entonces? ¿La Divina comedia? ¿Hamlet? ¡¿El diccionario?! —por cierto, y fuera coñas, son buenas opciones—.
Lo normal es que, en estos casos en los que alguien cumple años, sean los demás quienes feliciten, pero a nosotros nos gusta dar —casi tanto como recibir, pero tendré que consultarlo con el resto de la redacción—. ¿Y qué os vamos a dar? Lo primero, las gracias. Muchas y cuantiosas. No somos perfectos, faltaría más, y pedimos perdón por todas aquellas patas que habremos metido —buscad, buscad bien, que quien no busca bien no encuentra a Wally—. Lo segundo, la noticia de que, por el momento, seguiremos adelante. No nos hemos disuelto y aún tenemos donde caernos muertos. Lo tercero, unos regalitos sorpresa.
¿Regalos sorpresa? Oh, sí, por supuesto. En meses pretéritos pedíamos, infructuosamente, sugerencias acerca de qué one-shots podíamos hacer. Como recibimos tantas, procedimos al método clásico del pito, pito, gorgorito y escogimos dos: Adabana y Wasureyuki. Uno es de acción, con espadas molonas y niñas que son más espabiladas que algunos adultos. El otro es más para gente sensiblera a la que le gusta tener un pañuelo a mano para secarse las lágrimas. Sus lo aseguro.
No acaban ahí los regalos. Tan osados somos que hemos ido a meter las narices en el campo de la… ¡termodinámica! Que no, que no. ¡En el campo de las novelas ligeras! Nos ha dado por tocar una que guarda relación especial con el nombre de Gotaza. Ha habido muchas horas de tortura incesante hasta tener las más de cien páginas bien dispuestas y hermosotas para que todos vosotros, queridos fanes, podáis disfrutar de ella. Puede que la mayoría la conozca por el anime, pero… ¡antes de eso hubo novela ligera, como ocurre con otras tropecientas obras! Ni más ni menos que Toradora!, el estandarte de la gourmet —algunos sabrán a santo de qué lo digo— Yuyuko Takemiya. Si Dios provee y la vista me aguanta, porque en esto último no confío demasiado, es posible que en Gotaza sigamos con los demás tomos. Eso sí, nada de fechas ni prisas. Si tienen que salir en 2025, que salgan en 2025. Por favor, pensad en mí y en mi sistema nervioso central.
En todo este año de existencia hemos superado las cien mil lecturas en total. Puede que sea un número como otro cualquiera y, no, no se trata de ninguna competición, pero para nosotros significa que estamos haciendo cosas para personas, no para la pared. Hay chicos, chicas, hombres y mujeres —¿verdad?— que dedican su tiempo libre a leer mangas a los que les echamos tiempo y dedicación. No ganamos un duro con ello, solo satisfacción personal o autorrealización, o ni siquiera eso. Sin embargo, cuando vemos que no ha sido en vano, nos sirve para que no circule el gusanillo del arrepentimiento o de los ratos desaprovechados demasiado cerca. Y es que, simple y llanamente, hacemos algo que nos gusta en mayor o menor medida. Lejos de la perfección, vuelvo a insistir, y soy yo el primero que lo dice; me tiro de los pelos —novias no me sobran; pelos, sí— cuando observo algún capítulo que lanzamos y encuentro cosas que se nos pasaron por alto o deslices que cometí personalmente. ¡Palabrita del niño Jesús que no son por desconocimiento!
Y con esa última intervención, en la que he dejado patente que no tengo abuela, me despido. En nombre de mis dos compañeros y en el mío, gracias por no haber abierto ninguna sombrilla con la que protegeros de la Gotaza que os ha estado cayendo encima estos doce meses. Gracias por haber dejado que la Gotaza se os haya pegado al cuerpo y que haya quedado ahí sin que os la quitarais.
Adabana: Descarga directa || Submanga || Batoto
Wasureyuki: Descarga directa || Submanga || Batoto
Toradora!: Descarga directa || Scribd
¡Felicitaciones por ya un año en esto! Comprendo ese sentimiento de ver esos errores que humanamente pasamos por alto, pero que siempre frustran un poco, jajaja.
Me gustaMe gusta
Muchas gracias por pasarte a felicitar. Los errores siempre duelen y más si son clamorosos. Encantado de que nos hayas escrito. Hasta otra.
Me gustaMe gusta
Feliz cumple!!
Me gustaMe gusta
Muchas gracias. Espero que nos felicites más veces xDD.
Me gustaMe gusta